Llevamos una semana en el paraíso, el Nido, en Filipinas, en la isla de Palawan. Así que si dónde estás hace mucho frío, no sé si debes seguir leyendo.
Volamos a Puerto Princesa y desde allí cogimos una furgoneta, que tardó unas cinco o seis horas, a el Nido. Cuando llegamos buscamos alojamiento por la playa, y buf, los precios en relación a lo que habíamos leído de hacía un par de años se han más de duplicado. Queríamos una habitación por poco, pero en primerísima línea de mar, máximo 1000 pesos (que son 16 euros), pero no pudo ser, al final 1300, un poco de caprichito, habitación básica sin lujos, pero casi saltas a la arena.
Esa ventana es nuestra habitación y luego está Alberto intentando trabajar, porque el internet es mortal, y hoy por fin lo han arreglado, porque en nuestro hotel ni iba, pero leeento.
El Nido está en el archipiélago Bacuit, y son muchísimas islas con muchas playitas a nada de distancia. Ellos lo tienen organizado en tours de island hopping, es decir, barquito que va de isla en isla. Los más populares son el A y el C, así que queríamos hacer los dos, pero el primer día estábamos más en plan playita. A mí la del Nido me gusta porque por la mañana se van los barquitos y no queda nadie, pero la paradisíaca total son las Cabañas (nombres españoles todavía hay muchos, pero aquí solo hablan tagalo e inglés).
Y un poquito de chiringuiteo, que después del baño es lo que más apetece.
En la playita conocimos a una pareja, una española de la Rioja, Cristina, y su novio inglés, Edward. Hicimos buenas migas, tomamos algo en el chiringuito para ver la puesta de sol y quedamos para cenar. Así que luego Alberto cayó que podíamos coger un barquito privado para los cuatro y fueron a negociarlo, porque ellos ya habían reservado. Haríamos el tour C los cuatro.
Al día siguiente, nos dijeron que una pareja de Taiwan también vendrían, la verdad es que eran muy majos, así que hicimos el tour los seis. Lo hicimos en sentido contrario a los tours normales, así que allí dónde íbamos estábamos solos. Estuvo genial. Playas paradisíacas, un poquito de snorkel…
Con Cristina y Edward!!! Esperamos vernos a la vuelta en Barcelona y Londres.
El barquito, con un grumete que utilizaba un bambú enorme para apoyar en el suelo y movernos. Además tenía motor, claro, jejeje.
Entre las diferentes paradas a las que fuimos, snorkel en la helicopter island (porque tiene forma de helicóptero), la secret beach, la star beach y la hidden beach, también nos llevaron a Matinloc Shrine, que es como un templo, una iglesia, no sé, en realidad es una casa abandonada, pero con todos los lujos, un casón que hizo un super millonario extranjero que luego volvió a su país, y parece ser que la donó a la iglesia, pero nadie tiene dinero para conservarlo, una pena. Y debía de ser muy católico, porque tiene como un templo y un santuario, no sé.
Estas eran sus vistas…
Una estatua al santo nino, y posan los dos haciendo los dedos japonesitos!!!!
Luego seguimos más en modo playita, el Nido-las Cabañas… y un par de días después, hicimos el tour A, esta vez con otros 12 o 13.
Y comimos en un escondite de piratas total, súper chuli.
Ahora nos vamos para el norte de Luzón, a ver las terrazas de arroz más famosas del mundo.