Mes: junio 2014

De Hampi nos fuimos para Bombay, habíamos cogido muchos días en Bombay para solucionar la visa de Irán, pero una mieeerda de compañía (porque no tiene otro nombre) que nos tenía que dar un código para el visado de Irán, se olvidó de que lo habíamos pedido y pagado, así que cuando vimos que no llegaba les envié un e-mail preguntando, y fue entonces cuando dijeron de empezar el proceso, así que llegamos a Bombay sin código, pero encima los impresentables de Iranianvisa seguían mareándonos que si todavía estábamos a tiempo, que pagasemos por el servicio urgente… (sí, encima que había sido culpa de ellos), les dije que estaríamos por la zona de Bombay hasta el día 9 de junio, y ellos decían que daba tiempo, menos mal que no les pagué el extra porque les dije que hasta que no tuviese la visa nada. Resulta que por fin nos mandaron el código el viernes pasado, pero en horario que ya estaba cerrado el consulado y solo hemos podido ir hoy lunes (que como no contábamos con ello, tuvimos que viajar en autobús de noche y cancelar billete de tren de por la mañana), y resulta que en el consulado no habían recibido el código, son unos impresentables totales, nos han mareado durante casi dos meses y al final no hemos podido hacer la visa, no tengo palabras, lo volveré a explicar cuando haga los post de Irán, para si alguien quiere viajar a Iran que no contacte con www.iranianvisa.com, porque es una empresa realmente asquerosa. Menos mal que parece que podremos ir a Irán al menos dos semanas porque tienen una visa on arrival para 14 días, que no es lo que queríamos, pero bueno.

El tema es que llegamos a Bombay en un autobús nocturno y hacía un calor insoportable, con la lonely en la mano, le pedimos a un taxi que nos llevase a uno de los dos únicos sitios baratos que venían en Bombay, el Seashore (que vale que en Bombay los hoteles son más caros, pero es que estos de la Lonely, como iban a gastos pagados, también se fliparon, porque recomiendan, como cosas que hacer en Bombay, dormir en el hotel Taj Mahal, el hotel de más lujo de India, a más de 300 euros la habitación y donde fue el atentado que pilló a la Esperanza Aguirre). Llegamos al sitio y bien, pero sin aire acondicionado, que en ese momento era crítico, porque ya eran como las 11, no habíamos dormido mucho en bus y queríamos echarnos un poco, qué se le va a hacer.

Ya antes de ir teníamos claro que en cuanto fuésemos a la embajada, dejábamos las cosas y nos íbamos para Nashik y las cuevas de Ajanta y Ellora, pero con el calor que hacía es que no se podía estar, a mí me sudaba todo, hasta los dedos de las manos por arriba, en la vida me había pasado. La primera impresión de Bombay había sido muy buena, pero nos pudo el calor y el sueño, y solo íbamos a estar 3 o 4 días, pero salimos ya al atardecer a dar un paseo hacia la Indian Gate y el hotel Taj Mahal, que estaba a 5 minutos de nuestro hotel y miramos algún sitio que recomendase la guía para cenar.

Y en la foto no se aprecia bien lo súper horteras y por eso mismo súper chulas que son las calesas, con luces de neón, placas de alpaca trabajadas y a veces mil plantas artificales colgando, tremendas, jeje.

En esto sí que acertó, nos llevó a Bademiya, por detrás del hotel Taj Mahal, un puesto callejero que tenía delante como un local abandonado y allí habían puesto mesas y sillas. Era un sitio árabe de comer carne, pollo y mutón, en pinchos, a la barbacoa… Cuando llegamos estaba llenísimo y nos dimos cuenta de que era sábado, pero un camarero rápidamente nos acomodó en el maletero de un coche y yo que vi unas cajas de coca cola vacías… Con mantel y todo, un lujo, dos días después repetimos.

Al día siguiente el domingo sí que nos pusimos serios con el turismo y fuimos a ver la universidad, los tribunales, alguna iglesia y la estación de tren de Victoria, que es lo más bonito. En general, Bombay nos pareció muy bonito, muy muy british el tipo de edificio, pero con toque indio, el indibrit, jeje.

También ese día luego a la vuelta nos hicimos los encontradizos por el Leopold’s Café, que es donde se supone que reclutan a los guiris para hacer de extras en las pelis de Bollywood, pero no tuvimos suerte, y cuando volvimos lo comentamos a los del hotel, que eran muy majos. Pues pocas horas después teníamos una llamada de un agente de Bollywood que buscaban extras para un anuncio, primero nos dijo que de una bebida energética, pero luego volvió a llamar y nos dijo que cambio de planes, uno de un jabón, así que al día siguiente nos vino a buscar y nos llevó a los estudios. En el tren nos olvidamos una bolsa con ropilla de recambio, una rabia enorme, mi faldita vaquera y tres camisetas mías y una de Alberto, un disgusto, pero bueno.

Llegamos al estudio y el anuncio lo hacían arriba en una piscina, nos estaban esperando y tal cual llegamos nos dieron un guión!!!! No éramos extras, éramos actores como con 5 frases cada uno.

Mirad el guión!!!

y todavía continuaba un poco por detrás…

Así que ahí descubrimos que no éramos extras y también descubrimos que no era de jabón, era de una especie de viagra, según el guión nuestra relación estaba acabada, pero después de nuestro viaje a India, donde habíamos descubierto DESIRE FORT, todo había cambiado. Mi papel era de psicología muy complicada, de mujer insatisfecha, jejejeje. La verdad es que lo pasamos bomba. Nuestro agente fue Amjad Wadia, por si vais a Bombay y queréis hacer de extras en película de Bollywood o anuncio, podéis contactar por teléfono (tiene whatsup) +919820838811, o por e-mail bollystars@live.com o bollystars.live@yahoo.com.

Yo estuve mucho rato en la piscina y le escribí a Alberto (porque estábamos en camerinos separados) que por qué no subía, el pobre me confesó que no le dejaban salir del camerino porque había aire acondicionado y si no, sudaba y manchaba la camiseta del rodaje, es que cuando llegamos del tren, llegamos en unas condiciones lamentables, jeje y nos tuvieron que poner a secar, jeje.

Y por último un micro vídeo, que no tenemos internet para colgar más largos, pero en un mesecillo cuando el anuncio esté en la teletienda india, pongo el enlace, jeje.

http://youtu.be/iEw0SW1RQPo

Al día siguiente para Nashik, una ciudad sagrada, después de Hampi, ya sabíamos que nos iba a gustar.

Elena nos había recomendado ir a Hampi, como entre unas cosas y otras no habíamos podido preparar mucho el viaje, nos vino genial, porque no lo conocíamos y es uno de los sitios que más me ha gustado del viaje por ahora. Fuimos en tren hasta Hosped y de allí cogimos un tuctuc (aunque también hay autobús) y le pedimos que nos llevara a la Gopi guesthouse que en la Lonely decían que tenía una terraza arriba, y yo tenía ganas de terraceo, además luego nos dimos cuenta de que la terraza de la Gopi era el punto de reunión de los mochileros en Hampi, aunque luego muchos no dormían allí, pero Hampi es minúsculo y se va en 5 minutos a cualquier lado.

Mirando lo que había que ver por Hampi, nos dimos cuenta de que necesitábamos algún medio de transporte, o un tuctuc o una moto, al final optamos por un día de cada, y el propio conductor del tuctuc que nos llevó de la estación a Hampi, nos hizo de conductor y guía al día siguiente, estuvo genial. Os dejo el contacto porque es muy recomendable, se llama Ramesh (hospetramesh@yahoo.com o el telf: 09739867322).

Pero la tarde que llegamos decidimos ir a dar un paseo por el pueblo, porque habíamos visto un templo en el centro. Nada más salir ya empezamos a ver la convivencia brutal que hay en Hampi con los animales, por allí andaban sueltos monos de dos especies diferentes, perros, vacas, cabras… súper especial, pero es que mientras iba yo haciendo fotos a los monos, entramos como a la antesala del templo y veo salir por la puerta…

Un elefante!!!

Claro yo todavía no había entrado y no sabía si dentro habría 30 más, luego nos explicaron que es el templo del elefante, solo un elefante vive allí, era un elefante precioso, como como con pequitas. Y entonces nos dimos cuenta de que la gente le daba una moneda al elefante y este los bendecía. Así que cogí una moneda, se la di al efefante y pasó de mí, me dijo el cuidador que eran 10 rupias, no veas si el elefante distinguía entre indios y guiris, jejeje. Pero lo peor es que yo encontré dos billetes de cinco rupias y ya no sabía si me los iba a coger o no, como si fuese una máquina tragaperras o algo así, jeje.

Así que salir a dar un paseo de media hora en Hampi ya era de lo mejor y luego a nuestra terracita a cenar algo vegetariano y a beber unos lassis, porque en Hampi no se puede beber ni comer carne, por lo de ser ciudad sagrada.

Al día siguiente a las 9 empezó nuestra ruta con Rames, fue un día muy intenso y vimos como 11 sitios, así que explico un poco lo que me acuerdo, que ya tengo saturación de templos y es que Hampi es la locura.

Lo primero que vimos fue lo que llaman el Dining hall, y es que nos contó que la gente le pedía al rey que le dejase palacios, platos… para celebrar sus bodas, y el rey al final tuvo una idea. Hizo como un pequeño canal de agua y un murete a cada lado con pequeñas hendiduras que servían de platos, para poner el arroz y las diferentes salsas, rollo los thalis que comen aquí, y al final, con el agua del canal cada uno lavaba y recogía su sitio.

Luego nos llevó a ver el templo Ragunata, que era espectacular y sin embargo fuera estaba lleno de basura, de hecho no había nadie visitándolo, solo unos pocos monjes cantando (no entiendo como no limpian un poco los alrededores, la verdad). Y allí nos explicó una de las cosas más curiosas, y es que resulta que para hacer la música en el templo idearon unas columnas musicales, según su grosor y forma producían un sonido u otro. Nos explicó que echaban arena y hierro fundido y la verdad es que sonaban casi a golpear hierro, rollo tubería. En más templos de la zona las vimos, estos reyes de Hampi tenían muy buenas ideas, jeje.

Y nos llevó por detrás a un mirador desde donde se ve lo maravillosa que es la zona, palmeras y piedras por todos los lados y luego pequeños templos en todos los rincones, yo no sabía nada del imperio de Hampi, pero no sé si tendría mucho que envidiarle al romano, la verdad.

Después fuimos al templo más famoso de la zona, el Vittala, impresionante, y el único para el que había que pagar entrada, porque encima todo este patrimonio de Hampi es de visita gratuita, brutal.
Nunca en mi vida me habían hecho tantas fotos como en este templo, todo el mundo se quería hacer fotos conmigo, alguna vez también con Alberto, pobre, jeje. No sabíamos ya donde cortar el tema fotos, pero bueno.

Al acabar, nos acercó al baño de la reina, un lujo, una pisci para ella sola, con guardianas que vigilaban, cayendo el chorrito, así cualquiera, yo también quiero.

Después, al Royal palace, y otra vez millones de fotos conmigo, la familia entera, las chicas, los chicos, los niños, de uno en uno… para qué las querrán, pero bueno, es una manera de romper el hielo y es que los indios son muy curiosos y te preguntan todo, nombre, apellidos, lugar, edad… Ahora entendemos porque tuvimos que contestar tantas cosas para el visado, jeje, es que son muy cotillas.

Luego fuimos al templo Hazararama, demasiados, ya no me acuerdo mucho, pero la particularidad es que tenía unas columnas en el interior de mármol negro que habían traído de muy lejos, jeje.

Y fuimos a comer por ahí, rico y casero, pero lo fuerte es que en el bareto había detrás como reservados con cortinilla y un montón de hombres bebiendo y fumando, como para que no los vean, boh.

Pero no había acabado nuestra ruta, de verdad, que nos cundió el día un montón, jeje. Nos llevó al palacio de la reina, muuuuy bonito, estaban allí también las cuadras de los elefantes, muy curioso.

Y al templo subterráneo de Shiva, que era un templo inundado, con parte seca y en el que tuvimos de compis de visita a un grupo de tíos muuuuy ruidoso, que quisieron una foto también, jeje, porque también te piden que les hagas fotos a ellos, con tu cámara, que eso todavía tiene menos sentido, pero es que les encanta, y a veces ni la ven, no sé.

Después los templos d Narasima y Khrisna, también espectaculares, pero es que habíamos visto tantos…

Y por último el templo de Ganesha, el elefante, que es nuestra divinidad favorita, nos hemos comprado uno mini para poner en el recibidor, ya que dicen que cuando sales de casa lo tienes que mirar y tendrás un día de suerte, no sé si es muy fiable, pero es tan bonito que aunque no funcione…

Esa noche en el hostal conocimos a Claudio, un madrileño por el mundo, jeje, que ha venido un par de meses a India, muy majo, también tiene blog, De solo ida. Así que al día siguiente se unió a nuestro plan de alquilar unas motos y ver las cosas del otro lado del río, que son principalmente tres templos y un lago, jeje, así que no os saturaré más a vosotros tampoco. Bajamos al río, que es un río sagrado, para nosotros el primero que veíamos en India, y el ambiente es brutal, unas escaleras y todo el pueblo para arriba y para abajo, bañándose, lavando la ropa…

Claudio solo había cogido la moto un par de veces antes, pero el camino era una única carretera sin tráfico, pero nada más salir nos equivocamos de camino, y nos metimos por un camino de cabras, jeje, al final acabamos en un arrozal con las motos medio hundidas, pero empujando las sacamos del barro y seguimos nuestro camino, mirad el pobre Claudio que era novato por el camino de cabras y vacas.

Empezamos por el templo de los monos, para este hay que subir unas escaleras, y hacía un calor, pero bueno, las vistas…

Luego fuimos al templo Durga, que fue el que más me gustó ese día, como el suelo quemaba mucho, Alberto y yo volvimos a por las sandalias, Claudio, aguantó, pero el pobre no sabía que nos iban a llevar por mitad de la montaña y las rocas ardientes a ver otras cosillas, como el templo de la cobra, el mirador… en fin, parecía que se le iban a quedar los pies de un hobbit, al pobre.

Luego fuimos para el pueblo de Anegundi a comer un thali y a ver un último templillo. Y luego para el lago, pero vimos mil carteles alertando de los cocodrilos y nos desanimamos, aunque estábamos convencidos de que era mentira y un hombre nos dijo que no era verdad, pero yo que sé.

Al volver a Hampi, Claudio se quedó en el río y nosotros subimos para las ruinas que hay en el centro del pueblo, y alucinamos, el lugar es de lo más bonito que he visto en mi vida, es impresionante, la verdad. Y encima en las ruinas no había nadie, solo unos chicos echando un cricket (que aquí hay mucha aficción), alguna vaca pastando y los monos. Hampi es un lugar mágico.

Al día siguiente por la mañana salía nuestro tren, teníamos que hacer enlace en Hubli y solo teníamos confirmado el primero, pero nos la jugábamos. Lo único es que yo me había enterado que cada mañana el elefante bajaba al río a lavarse e incluso lo podías lavar, así que me vestí, me puse las chanclas de agua y me preparé para bañarme con el elefante, pero el elefante no llegaba a las 8 y a las 9 y poco nos teníamos que ir, después de esperar y esperar, cuando casi nos íbamos a ir, apareció el elefante, y Claudio al lado, jeje.

Solo ver al elefante bajar las escaleras ya era un espectáculo.

Al final no bañé el elefante, me baño él a mí, jeje. Me siento purificadísima, jeje. Y corriendo para cambiarme de ropa y a la estación. Penita de dejar Hampi, pero bueno.

Os dejo microvídeo, porque mi cámara no estaba muy atento, guiño-guiño.

http://youtu.be/ckgWTicJIDI

Después de Kochi cogimos el tren a Goa. Elena nos había dicho que no le había molado mucho el tema playero-fiestuqui de Goa, así que miramos y miramos en internet y decidimos hacer la parte más cultural y dormir en la ciudad en Panaji, en vez de en la playa.

La cosa es que yo creo que es porque Alberto y yo no somos muy playeros, pero nunca acabamos de acertar con las playas. Pasamos un día por el pueblo de paseo, y bien, sin más, aprovechamos para dejar mi sari en el sastre y que me hiciesen la blusilla (top de quinceañera total, jeje), y también para comer bien, ver el mercado y ver la iglesia del pueblo.

Al día siguiente, fuimos a la playa, no queríamos ir a una playa que estuviese llena, pero tampoco a una playa sin chiringuito, jeje, así que tras mucho mirar, optamos por Baga beach, la verdad es que la playa era enorme, de hecho, simplemente va cambiando el nombre, y seguramente era bonita, pero había bandera roja, yo nunca había estado en una playa que el agua te tirase tanto para dentro, no se podía estar casi ni en la orilla.
Nos pusimos un poco donde no había nadie (de hecho en la playa no había casi nadie, solo se veía como a un kilómetro y pico un mogollón de gente) para poderme poner en biquini sin estar muy incómoda o incomodar a alguien, pero solo pudimos bañarnos un poco por la corriente. Así que nos fuimos para el chiringuito, que en el fondo es lo que nos gusta, a tomar algo y comer un pescadito, jeje.

Estuvimos en el chiringuito súper bien, corría brisa, a la sombra, así que ya casi no nos movimos de allí, llegaron una pareja de guiris, muy blanquitos, casi deslumbraban y se pusieron más o menos donde habíamos estado nosotros, pero ellos tomando el sol en bañador y tal, al final tenían un corrillo, y varias personas se les acercaban a decir cosas, ni idea de qué, pero bueno, nosotros le dimos otra oportunidad breve al baño y nos fuimos caminando por la orilla hacia el mogollón, a ver qué había allí.

Donde el mogollón había como chiringuitos con la música a tope y un montón de familias, no es que pegase mucho, pero bueno, y una calle principal que subía, llena de tiendecillas, la verdad que esa zona no me gustó nada, y hacía mucho calor, así que optamos por meternos en un hotel con piscina a tomar algo y refrescarnos un poco. Y de allí cogimos el autobús para volver a la ciudad.

Al día siguiente decidimos hacer la parte más cultural, desayunas una dosa, que os prometo que es el equivalente al pincho de tortilla y cogimos un taxi por el día y nos le pedimos que nos llevase a diferente sitios, primero fuimos a Old Goa, donde hay dos iglesias católicas (por la influencia de los portugueses) y una se supone que es la más grande de Asia.

También fuimos a plantación de especias Savoi, que el pobre conductor no la conocía y tardó un montón en encontrarla (normalmente van a otras dos que hay que son en plan más grande y más turístico, con elefantes, buffet libre…). Estuvimos negociando el precio de la entrada, porque nos pedían un montón, al final, llegamos a un acuerdo digno y vino un hombre a darnos un paseo por la plantación enseñándonos todas las especias y otras cosillas. Fue parecido a cuando en Indonesia con María y Yubero nos enseñaron la plantación de café Luwak. Nada más empezar nos enseñó un arbusto, cogió una hoja y la partió, nos la dio a oler y nos preguntó que qué especia era, Alberto y yo íbamos diciendo, pero nada, al final nos dijo que era una planta que le llamaban «all spice» porque es como un todo en uno, muchas especias a la vez, y que a veces el masala lo hacen directamente con el polvo de esa hoja, sin necesidad de mezclar las diferentes especias.

Luego también nos enseñaron cosas que yo nunca había visto, como las rose apple, y comiéndolas me rompí una muela, bueno, es un diente que siempre me ha dado muchos problemas, así que en el viaje no podía ser menos, después de una semana, puedo decir que ya está solucionado.

Y esto, creo que se llama beatlenut, o algo así y es algo que dicen que tiene efecto narcótico, es lo que mezclado con otras cosas ellos mascan continuamente. Y es el fruto de unas palmeras altísimas y muy delgadas.

Y por último fuimos a ver tres templos famosos de la zona (Mangueshi, Mahalsa y Shantadurga), en uno había una boda (no es que la estuviesen celebrando allí, es que los invitados iban a hacer ofrendas a Shiva, Visnu y Brahma). Las invitadas iban guapísimas y llevaban mil adornos en las muñecas, en el pelo…

Y de Goa hacia Hampi, una de las ciudades sagradas, os adelanto que nos encantó.